
Circuito Torres y Campanas
Iglesia de San José
Está ubicada frente a la plaza principal, en esta iglesia se encuentra el púlpito desde donde Fray Mamerto Esquiú proclamó su discurso sobre la Constitución el 9 de julio de 1.853, en la Catedral Virgen del Valle, hecho que se recuerda con una placa de bronce. Esta iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Santuario del Señor De Los Milagros
Se encuentra en la localidad de La Tercena, construida en 1.793 por los esposos Luis Segura y Francisca María Cuba, contiene en su interior una imagen de factura peruana del Señor de los Milagros y la pila bautismal donde fuera bautizado Fray Mamerto Esquiú. Construida originariamente sin torre, la entrada o atrio está protegido por el avance de la cubierta y de las paredes laterales. Su techumbre que cobija el acceso, se prolonga hacia el costado derecho formando una galería exterior sostenida por seis columnas de fuste liso y capiteles dóricos.
Capilla De Nuestra Señora Del Rosario
Ubicada en la localidad de San José es de gran valor arquitectónico. En las campanas del campanario puede leerse “Santa Bárbara 1.793”. Aquí, según la tradición encargó la misa el General Manuel Belgrano al hacerse cargo del Ejército del Norte. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1.941.
Iglesia de San Antonio
Ubicada en la Localidad de San Antonio es de gran valor arquitectónico. El templo se construyó en 1845, esa fecha es la que figura en las dos campanas que aún conserva. Posee una arquitectura colonial. Aquí se conserva la imagen de San Antonio, patrono de los franciscanos, llegó desde Tarija, Bolivia. El padre Victoriano Tolosa nombro al Santo protector del pueblo. Los restos del sacerdote descansan en el templo. Además de esa antigua imagen podemos ver una de Nuestra Señora del Carmen, tallada en madera y bendecida por el Papa Pio IX.
Capilla Santa Bárbara
Ubicada en la Localidad de Pomancillo Oeste.
La iglesia Santa Bárbara es de alto valor histórico y cultural. Por eso en 1998 se la declaró Monumento Histórico Provincial.
La planta original se compone de una nave rectangular única, con una pequeña sacristía comunicada por un arco de medio punto. Este lugar separa el presbiterio por un desnivel con escalón de madera. Todas las aberturas tienen el abocinamiento típico de la arquitectura colonial. Dinteles de madera dura y rejas con barrotes de madera de sección cuadrada que se ensamblan en los marcos de la diagonal.