La belleza y el color de las artesanías que deslumbran durante el día se conjugan sabiamente con las propuestas artísticas que aportan un brillo especial por las noches, en el Escenario Mayor de la Fiesta.
A lo largo de su historia, el Festival ha convocado a las voces más distintivas de cada región de la provincia, como también a aquellas principales figuras de la música popular que se destacan a lo largo y ancho del país. Con el transcurrir de los años se sumaron expresiones provenientes de otros países para darle a esta celebración un sello internacional.
Durante décadas, el canto y la danza folclórica se adueñaron casi exclusivamente del Escenario Mayor, aunque desde fines los 90 fue abriendo sus puertas a diferentes géneros y expresiones musicales como el tango, rock, cuarteto y hasta la cumbia.
Tal es el arraigo de esta fiesta en el sentimiento popular, que cientos de catamarqueños se inclinan a estudiar música y danza, esperanzados quizás en poder mostrarlo, alguna vez, en el escenario más trascendente de su tierra.
No habría festival, sin el público. Y el público del Poncho siempre fue entusiasta y acompaña a los artistas no solo con el aplauso sino cantando y bailando, viviendo genuinamente el espíritu de este encuentro.